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1 Jun, 2015

Tras las pistas del atún

Texto: Nacho Sánchez

Mayo no es en Cádiz el mes de las flores, sino del atún. Es el tiempo de levantás en las almadrabas gaditanas. Y el mejor momento para degustar el atún rojo: cada año se celebran varias rutas gastronómicas con tapas basadas en este apetitoso pescado. En las últimas semanas, el levante ha retrasado los días de captura y que las levantás también continúen durante el primer tramo de junio, así que aún estamos a tiempo. En plena recta final, nos acercamos a los mejores sitios para seguir la pista al atún rojo que no se llevan los japoneses, pero también para vivir experiencias únicas. No todo lo relacionado con el pez preferido del planeta va a ser comérselo.

LA LEVANTÁ EN PRIMERA PERSONA

Conocer bien lo que uno come es un deporte poco practicado en este país, pero es más que beneficioso. Por eso, arrancamos esta ruta haciendo un marcaje a fondo a los pescadores, a los mismos que seleccionan los atunes y les clavan sus arpones en la almadraba. Esta palabra significa lugar donde se golpea o lucha, y ver y escuchar a unos pocos metros de distancia a peces de entre 200 y 300 kilos batirse contra el agua, las redes y la intuición de los pescadores, permite entender perfectamente el origen del vocablo.

Las almadrabas son una de las tradiciones pesqueras más antiguas que se mantienen hoy y una especialidad en Cádiz: cada año, el atún baja del frío Atlántico al Mediterráneo y, en pleno Estrecho de Gibraltar, es atrapado en un laberinto sin opción de escapar. Y las levantás, momento en el que se elevan las redes almadraberas y se capturan los ejemplares, han sido durante siglos un espacio prácticamente vedado a los pescadores. Sin embargo, ahora, cada año un grupo exclusivo de afortunados puede disfrutar de esta experiencia en primera persona.

Por tercer año, Nature Tarifa ofrece visitas para conocer de cerca esta milenaria tradición en las cuatro almadrabas gaditanas. Con el máximo acercamiento posible y respeto al trabajo de los pescadores, los visitantes conocen sobre el terreno –el mar- todo lo relativo al trabajo en la almadraba y su historia, además de ver cómo se realiza paso a paso la levantá del atún rojo, el pez preferido del planeta. También es buen momento para aprender el vocabulario técnico, porque no es fácil hacerse a la idea de lo que son las raberas, el bordonal o la red contralegítima. Los grupos son muy reducidos, así que anualmente apenas pueden disfrutar de esta experiencia unas 60 personas en mayo y fechas cercanas. La lista de espera es importante, así que conviene reservar con antelación y pasar unos días en la zona, por si levanta el levante y no hay manera de zarpar. Ni de pescar…

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